Esta es la lesión más común entre los corredores, pero también puede afectar a otros atletas que realizan actividades que requieren la flexión constante de la rodilla como el ciclismo, el salto o esquí.
La rodilla de corredor se produce cuando la rótula se desplaza de manera incorrecta a lo largo de la hendidura del fémur, conocida como surco femoral, cuando se dobla y se estira la rodilla. En las rodillas sanas, la rótula descansa sobre el surco femoral y se desplaza con facilidad hacia arriba y hacia abajo. Cuando la rótula está fuera de lugar, puede irritar el surco femoral y desgastar el cartílago que se encuentra debajo de la rótula, y producir dolor en la rodilla.
El síntoma más común de este padecimiento es la sensibilidad o el dolor en ambos lados de la rótula, generalmente hacia el centro o la parte posterior de la rodilla donde se juntan la rótula y el fémur. Además, en este tipo de lesión, la dorilla puede hincharse.
¿Cómo evitar la rodilla de corredor?
- Precalentando y estirando antes de correr. Los músculos de las piernas fuertes y flexibles proporcionarán un mejor soporte para las rodillas.
- Debes mantenerte en forma. Cuanto mayor sea tu peso, más tendrán que soportar tus rodillas a cada paso que hagas.
- Utilizar calzado adecuado para correr.
- Tratar de correr sobre superficies suaves y planas como pueden ser césped, tierra o una pista sintética.