La termoterapia es una valiosa herramienta terapéutica que consiste en la aplicación calor por medio de radiación, conducción o convección (desde radiación infrarroja hasta aplicaciones de parafina) para mejorar diversas lesiones.
La termoterapia suele ser más eficaz en el periodo post-agudo de ciertas lesiones como esguinces, distensiones, contusiones, contracturas musculares y dolores articulares, es decir, cuando ya han transcurrido al menos 48 horas desde que la lesión se produjo.
¿Qué efectos produce?
- Relajantes
- Disminuye los espasmos musculares
- Aumenta movilidad articular
- Reduce dolor muscular y articular
¿Cómo aplicar el calor?
Se pueden aplicar mediante bolsas calientes, toallas calientes o baño caliente (piscina de hidromasaje). En general, las aplicaciones serán de entre cinco y diez minutos. Hay que utilizar una cobertura entre la piel y la fuente de calor, como puede ser una bolsa o una toalla. Salvo que se utilice, como fuente de calor, una lámpara de calor infrarrojo, como las que suelen utilizar los fisioterapeutas.
No aplicar calor cuando:
- No aplicar inmediatamente después de la lesión
- Exista inflamación (zona roja, hinchada y/o caliente)
- Hemorragia
- Infección en la zona
- Hipersensibilidad al calor